19 septiembre 2006

En ese lugar...

La luz entraba ese día a través de los opacos cristales que la habitación pura y neutra rodeaban; filtrándose el sabor del viento, que del norte provenía, propalando consigo los restos de horizonte evidenciados en tornasol.
A distancia infinita de dos pasos, la pequeña amarilla ondulante flotaba en cada movimiento, dejando manifiestos de vida y libertad impalpables.Sin embargo la esencia así lo fue desde antes del inicio, y aun después de el fin lo será; imprescindibles menesteres de naturaleza, cual imprescindible ostentación es de creación...